Su salud y la de Su familia son importantes. Si bien los administradores de quemas prescritas y los terratenientes privados toman medidas preventivas significativas, es posible que algunas comunidades experimenten humo durante o inmediatamente después de una quemadura prescrita. Muchos factores influyen en la susceptibilidad al humo, incluyendo la severidad y duración de la exposición al humo y la salud de una persona. Si se siente afectado por el humo, evite el esfuerzo físico al aire libre y permanezca adentro.
El humo se compone principalmente de pequeñas partículas, gases y vapor de agua, con rastros de contaminantes peligrosos del aire. Las más dañinas son las partículas pequeñas menores de 2,5 micrómetros de diámetro (para su referencia, el cabello humano promedio es de aproximadamente 70 micrómetros de diámetro). Estas partículas pueden inhalarse e incrustarse en los pulmones, dañando el tejido pulmonar y causando problemas respiratorios y cardiovasculares.
Independientemente de su fuente, el humo es una forma de contaminación del aire que puede representar un riesgo para la salud. Los síntomas de la exposición al humo a corto plazo pueden incluir:
- Ojos llorosos o secos
- Tos persistente, flema, respiracion ruidosa, garganta irritada o senos nasales irritados
- Dolores de cabeza
- Falta de aliento, ataques de asma o irritación pulmonar
- Ritmo cardíaco irregular, dolor en el pecho o fatiga
Para conocer más sobre el índice de calidad del aire (AQI) y cómo verificarlo, visite la página Humo y calidad del aire.
¿Quieres saber más? Consulte estos consejos de OHA para mantenerse saludable durante condiciones de humo.
¿Qué pueden hacer las personas para protegerse y reducir su exposición al humo?
Muchos factores influyen en la susceptibilidad al humo, incluyendo la severidad y duración de la exposición al humo y la salud de una persona. El humo puede empeorar los síntomas para individuos con condiciones de salud preexistentes y aquellos que son particularmente sensibles a la contaminación del aire. Esos pueden ser:
- Personas con asma u otras enfermedades respiratorias y pulmonares crónicas
- Personas con enfermedades cardiovasculares
- Personas de 65 años de edad o más
- Bebés y niños
- Mujeres en embarazo
- Fumadores, especialmente aquellos que han fumado durante varios años
Si piensa que el humo puede afectarlo, utilice las siguientes pautas:
- Limite su exposición al humo.
- Reduzca el tiempo que pasa al aire libre cuando hay humo presente. Esto generalmente puede proporcionar cierta protección, especialmente en una casa con aire acondicionado y bien cerrada. Configure su aire acondicionado o la unidad de calefacción para modo de reciclaje o recirculación, en su casa y en su automóvil.
- Reduzca la actividad vigorosa al aire libre. Esta puede ser una forma importante y efectiva de reducir la cantidad de humo que inhala. Esto puede minimizar los riesgos para su salud durante un evento con gran cantidad de humo.
- Manténgase hidratado. Beba agua en abundancia.
- Reduzca otras fuentes de humo y polvo en el interior de la casa. Por ejemplo, los cigarrillos, las velas, estufas de gas y propano, hornos de leña y aspiradoras.
- Si tiene una enfermedad cardíaca o pulmonar o enfermedades respiratorias como el asma, siga los consejos de su médico acerca de la prevención y el tratamiento de los síntomas.
- Las personas más vulnerables o sensibles al humo podrían usar filtros de aire de alta eficiencia para interiores (HEPA) o un precipitador electrostático para su hogar que le ayude a crear una o más habitaciones con aire más limpio.
- Antes de acostarse por la noche, cierre las puertas y ventanas para evitar que el humo entre al interior de su casa y mantenga limpio el aire del interior.